Situada, en el estado de Bolívar, en Venezuela, a una altura de 2460 metros y con unos 700 kilómetros², se encuentra la meseta Auyán Tepuí (la montaña del Diablo en idioma indígena).  

Las nubes que se concentran constantemente en la cima de esta meseta provocan abundantes lluvias que corren por diversos cañones y que al llegar a su borde se precipitan en forma de saltos, de los cuales el más importante es el Salto del Ángel, la catarata más alta del mundo, en el río Churún.

Esta catarata adquirió fama en 1935, cuando James Ángel, un aventurero norteamericano, explorando la región en busca de oro y diamantes, se estrelló en el monoplano que viajaba, contra la meseta.  Tres semanas después del accidente, Angel logró salir de la zona y dio al mundo la noticia de su importante hallazgo.

Con 980 metros de altura, estas cataratas son veinte veces más altas que las del Niágara (49 metros de altura) y superan con creces las cataratas de Iguazú (70 metros de altura) que se encuentran en la frontera de Brasil, Argentina y Paraguay.

La ubicación de esta catarata, en un lugar muy poco poblado y rodeado por la selva tropical, dificulta el acceso a esta maravilla de la naturaleza.