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Cuando yo digo Fresno
Poema publicado en el periódico “El derecho”de Ibagué en 1937
Cuando yo digo Fresno, se engarza el aire en los picachos ee esos momentos seculares y detiénese allí arremolinando en torno a esta villa sorprendente y milagrosa.
Cuando yo digo Fresno hay un tibio y suave sabor de fresas y de mora en la boca y una plácida angustia igual a la sentida en una dilatada espera amorosa.
Cuando yo digo Fresno, la belleza reclama su anhelada residencia en esta villa y se hace gloriosamente derdurable en los recatados rostros de las doncellas.
Cuando yo digo Fresno, la raza adquiere resonancias de bruñidos metales que violentan y confunden el ocioso silencio de las selvas.
Cuando yo digo Fresno, hay un rumor de músculos tensos y chasquidos de fieros y soberbios rostros en torno a veloces epifanías de pueblos, a navidades de cosas imposibles y a creaciones de gloriosos atributos patrios.
Cuando yo digo Fresno, las notas marciales de la patria se confunden con el llanto de los infantes, con el arrullo de las madres, con las palabras silenciosamente perfumadas de los amantes y con las últimas que desfallecen en la marchita boca de los moribundos.
Cuando yo digo Fresno, se levanta el espacio, apoyado en sutentos de bronce, orgulloso e inconfundible el tabernáculo de la virtud, de la honradez y de la fe.
Cuando yo digo Fresno, brota impoluto y excelso el lirio de la amistad heróica, noble, inconfundible, y eterna y toma el nombre de uno de tus hijos, el más humilde, el más brillante y el que más lo ama.
Cuando yo digo Fresno, la vida pierde su prestigio en los ventorros y fondas y la muerte aulla en la hoja estilizada del puñal, o vaga perdida en el tetríco tunel del revolver.
Cuando yo digo Fresno, cae a sus plantas el corazón de mi raza y se mezcla mi sangre en la tumultuosa y soberbia de la suya.
Ramón Elías Camacho.
Esta es una demostración de cariño a nuestro querido pueblo, por los hijos del autor de este poema.
Fresno, junio 21 de 1974.
Obsequiado por Amparo Rivas G.
