Volver


Muestra de cine, agosto 20 al 22 de 2007

 
    

Espectáculos y cinematógrafo en el Fresno

Texto de Carlos Cuartas

Las primeras proyecciones de cine de que se tenga noticia en el Fresno ocurrieron en 1923 en el “Cinema Olimpia”, empresa cinematográfica del Señor Villegas(¿¿) con la película “Guerra a muerte”, según comentario en el periódico local “ El Liberal del Norte” de julio del mismo año. Se desconocen las características de esta sala, pero es posible que fuera parte de la cadena de salas  de igual nombre organizada por los hermanos Di Domenico en distintas localidades del país.

En el mismo año 23, se informa sobre el espectáculo de magia a cargo del Mago Calderet realizado en el Teatro Calderón posiblemente ubicado en la Calle de Tarroliso y propiedad del Señor Pedro Calderón, en el cual se desarrollaron además actividades de cine. En otra sala múltiple, propiedad de Don Julio Chávez, reconocida como Patio-circo o Circo-Teatro Chaves, en Agosto de 1923, se realizó, según el cronista, “un emocionante espectáculo de boxeo entre dos semicampeones tolimenses”. Se reconoce igualmente, la versatilidad de este espacio para espectáculos, en la celebración del primero de enero de 1924 con una corrida de toros hecha posible por el ofrecimiento que hizo Don Zacarías Charry del ganado y Don Julio Chaves del Circo. Intervinieron los espadas Charlot y Hoyos, de quienes se afirma fueron muy ovacionados.

Aparece luego el Teatro Colombia fundado por Don Carlos Cuartas Duque en el mismo lugar, propiedad de Doña Laura García de Cuartas en la Calle del Camellón, en que se continuó luego por sus hijos José Anatol, Ismael y Luis Alberto Cuartas Lastra. La tertulia familiar recordaba, entre otras ocurrencias de la época del cine mudo, que mientras se proyectaba  la película, detrás del telón se instalaba un grupo de música de cuerda que acompañaba la “función” o proyección. Hubo igualmente un personaje del Fresno que, durante el intermedio para el montaje del segundo carretel de la proyección, distribuía vino y galletas entre sus familiares e invitados.

A principios de los años cincuenta la vieja sala donde operaba el Teatro Colombia fue remodelada adquiriendo la estructura que aún se conserva, con la luneta y servicio de sillas plegables en el piso bajo y la galería ubicada en el segundo piso y dotada con duros y poco cómodos bancos de varillón. A la memoria de la niñez de los años cincuenta a mediados de los setenta aún llega el recuerdo de las películas de vaqueros americanos inicialmente y luego los western italianos o los héroes caballerescos del matinée de los días domingos. Los mayores de aquellos años disfrutaron las películas mexicanas de amplia acogida entonces y tuvieron oportunidad de acceder al maravilloso cine europeo de la postguerra que de tarde en tarde formaba parte de las programaciones.

Como no existían por aquellas décadas los actuales servicios de perifoneo, la propaganda del cine se hacía en carteleras ubicadas en las esquinas más concurridas de la localidad, publicidad complementada con el pregón a cargo del recordado Marco Velandia quien a través de su bocina, formada con la corneta de una vieja victrola, anunciaba, de viva voz, en las principales esquinas del pueblo la película del día y sus características.

De manera similar a sus antecesores en el Fresno, el Teatro Colombia tuvo carácter multifuncional, siendo, en ocasiones, pista de patinaje en los años treinta, circo de toros de casta traídos desde Bogotá por el Señor Cuartas Duque y puntualmente, sitio de representaciones artísticas de personajes como el célebre Campitos a finales de los años cincuenta, grupos transeúntes de música (Luis Ariel Rey, Alba del Castillo y Oscar Agudelo, entre otros) o sede de veladas locales con participación de señores y damas de la localidad que en ocasiones interpretaron  apartes  de zarzuelas, pequeños sainetes o desfiles de modas. Se destaca la velada artístico-musical, patrocinada por la Parroquia del Fresno, con motivo de la ordenación sacerdotal, en 1954, del Padre Heliodoro García Nieto, hoy Monseñor, la cual estuvo a cargo de Garzón y Collazos quienes invitados por el Padre Germán Guzmán Campos, hicieron un memorable recorrido histórico sobre el folclor del Tolima Grande y de la recopilación de la memoria respectiva, base de su actuación y reconocimiento posterior.

La etapa final de la operación del Teatro Colombia estuvo a cargo de Doña Laurita Cuartas García hasta el cierre de la sala a finales de los años ochenta por efecto del retroceso del cinematógrafo ente las nuevas modalidades de la TV y hoy de los sistemas digitales. La posterior utilización del local en sala de billares, mantuvo en buena parte la estructura del viejo Teatro.

Hoy, el cinematógrafo transformado a partir de sus primitivas posibilidades, ha entrado en la intimidad de nuestras viviendas a través de la TV  y las crecientes alternativas digitales que día a día se ponen a disposición de los diferentes estamentos de la sociedad; sin embargo, no pueden olvidarse los tiempos en que el cine como tal, contribuyó de manera importante  a vencer la monotonía de una vida casi aldeana de pueblos que comenzaban a hacer una valoración mejor de las posibilidades de enriquecimiento personal y social a través de las ideas y conceptos disponibles a través de los medios de información: cine, radio, etc que apenas se iniciaban y comenzaban a penetrar hasta las más apartadas regiones.